Opinión
Intervención

Vicentin: la polémica medida del Gobierno nacional

La intervención de Vicentin por parte del Gobierno convulsionó a un sector de la opinión pública.

Por la Agrupación Política "José Riqueza", especial para NOVA

El caso Vicentin ha conmovido a la opinión pública y ha provocado, como no podía ser de otro modo, la inmediata respuesta de los sectores conservadores y reaccionarios de nuestra sociedad, de “los dueños de todas las cosas”, únicos beneficiarios de las políticas implementadas por el gobierno de Cambiemos.

Conviene señalar, antes que nada, que la empresa Vicentin tiene una larga y turbia historia, como muchas de las que controlan la economía argentina.

Desde sus vínculos con la dictadura cívico-militar-eclesiástica, de la que fue cómplice en la represión a sus delegados gremiales, pasando por la comercialización de cereales “ en negro”, la subfacturación de exportaciones, la triangulación de operaciones para evadir impuestos, la utilización de facturas apócrifas para exigir reintegros de impuestos al fisco, la fuga de dólares al exterior y las maniobras especulativas con la liquidación de divisas, forzando corridas al dólar y devaluaciones actuando en conjunto con otras exportadoras.

Todas acciones que han causado serios perjuicios al Estado y al pueblo argentino, fundamentalmente a sus trabajadores, sobre los que más impactan las devaluaciones.

El último y más conocido fraude fue el cometido con Banco Nación, a través del otorgamiento de préstamos irregulares durante la gestión del radical Javier González Fraga, en una maniobra sospechada de intercambio de favores, ya que Vicentin fue uno de los principales aportantes a la campaña electoral de Cambiemos.

Hace un tiempo la empresa entró en cesación de pagos, lo cual constituye un hecho rarísimo, después de ocupar el sexto puesto entre las 200 empresas que más facturan y el primero entre las cerealeras.

La empresa concursó y se presentaban dos posibilidades, la dos muy negativas para la economía nacional:

1) La quiebra, cuyas víctimas principales serían los 7.000 trabajadores del grupo, los 2.000 productores que no cobrarían nunca y probablemente, muchos de ellos, serían arrastrados a la ruina y la banca oficial, que tiene el 88 por ciento de la deuda financiera.

Cabe destacar que la falta de pago de las deudas comerciales de Vicentin tendría también fuerte impacto en Necochea, La Dulce y Juan N. Fernández, donde afectaría a 17 acreedores, entre los que hay cooperativas, acopiadores, empresas de servicios portuarios y productores, con deudas que van desde 73.000 hasta 73 millones de pesos.

Esto agregaría una nueva complicación a un distrito que ya tiene más que suficientes desde el punto de vista económico.

2) La compra por parte de otras multinacionales (ya había algunas interesadas) con lo que el negocio exportador se concentraría más y aumentaría su extranjerización.

Frente a este panorama, el Gobierno nacional decide, acertadamente, la intervención por decreto y el envío al Congreso de un proyecto de expropiación.

Esta medida, de entrada, evita las consecuencias de la posible quiebra y de la posible compra de la empresa, detalladas más arriba.

Además, al contrario de lo que señalan algunos sectores, el Estado no está “comprando una deuda”. Es exactamente al revés.

El Banco Nación y los otros bancos oficiales (BICE, Ciudad y ¨Provincia) van a poder recuperar, por lo menos, una parte de lo que prestaron.

El Banco Nación va a recuperar capacidad prestable para las pymes, dado que no tendrá que mantener las previsiones por incobrabilidad que estaba obligado a tener.

Más allá de estas cuestiones puntuales, a partir de su expropiación, transformándola en una empresa pública no estatal, en la que participen trabajadores y pequeños productores, con una orientación productiva distinta a la que ha tenido hasta ahora, Vicentin puede transformarse en una empresa testigo no solo para la comercialización de commodities, sino también para la producción de alimentos, tarifas portuarias y generación de divisas.

La medida adoptada por el Gobierno nacional es sumamente trascendente y muy beneficiosa para nuestra economía, y debería constituir el primer paso en un camino de recuperación del latrocinio cometido por el neoliberalismo, que comenzó allá por los años 90 con la entrega del comercio exterior a las multinacionales del cereal.

Por supuesto, se generan resistencias de los sectores que se han enriquecido en los últimos años, que rechazan como un dogma la participación del Estado en la economía, salvo cuando es para ayudarlos a ellos.

Por lo expuesto, creemos conveniente apoyar esta medida, difundiendo, explicando, aclarando a mucha gente una serie de confusiones que seguramente se van a difundir y hacemos un llamado a todas las fuerzas políticas del campo popular a manifestarse en apoyo.

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