La Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) a nivel nacional dictaminó la intervención de la histórica delegación de Necochea ubicada en el barrio "Seis Esquinas" de Quequén. El apoderado legal del gremio, Marcos García, llegó acompañado de un escribano y del cuerpo legal del gremio para la toma de posesión en forma pacífica pero fueron agredidos por militantes que responden a quien ostentaba la conducción de manera irregular, Eduardo Mejo Davico.
Según indicó García a los medios presentes su objetivo era "poner en funciones al nuevo delegado interventor y así corregir el estado de acefalía en el que se encuentra la seccional ante la jubilación de quien era su responsable, Daniel Flores".
Vale aclarar que la sede gremial se encontraba vacía al momento de la llegada de la comitiva interventora y que al cabo de unos minutos de espera se hizo presente en el lugar Davico liderando un grupo de al menos 40 personas.
Fuentes cercanas al gremio señalan que "el clan Davico aprovechando la anarquía reinante durante este año y medio intentó hacerse fuerte en la actividad gremial utilizando como fuerza de choque a los militantes que se presentaron en la sede para tratar de impedir la intervención".
En un clima enrarecido, ante la violencia manifiesta y el rechazo del grupo liderado por el secretario general de facto de la delegación Necochea a las medidas tomadas por las autoridades nacionales de la UATRE, la comitiva interventora decidió retirarse del lugar y poner años fríos al constatar la presencia de militantes armados; aún así los más exaltados empujaron y agredieron al escribano que acompañaba a García y trataron de impedir el trabajo de los medios de comunicación.
Lo que debió ser un acto administrativo formal que impone que el secretariado general y el normalizador gremial cumplan con la finalidad de administrar los bienes, acordar políticas para los trabajadores junto a los empresarios y convocar en el plazo de 10 meses a elecciones donde los afiliados elegirán una nueva conducción en elecciones democráticas, terminó en gritos, corridas, ostentación de armas blancas y de fuego por parte de inadaptados que pretenden ostentar la representación de los trabajadores por medio de la violencia.