Por abandono, maltrato y mala praxis murió una nena en el hospital de San Cayetano
Una de las primeras medidas que tomó el intendente de San Cayetano, Miguel Gargaglione, apenas se comenzaron a implementar acciones drásticas para prevenir posibles contagios de Covid-19 fue dar de baja los contratos de médicos que no formaban parte de la planta permanente del municipio y fue de los primeros en abrir las puertas a profesionales venezolanos que debían convalidar su título para trabajar en nuestro país.
"Lo barato sale caro", y en este caso el costo fue en extremo alto. El "ahorro" del radical, se cobró la vida de una pequeña de tan solo 11 años. Los padres de Shaira Smoulenar la llevaron cuatro veces al hospital de la vecina localidad con fuertes dolores abdominales y un cuadro de fiebre importante. Apenas 48 horas después, la pequeña falleció a causa de una peritonitis.
El relato de su familia es desgarrador: "El lunes de la semana pasada la llevan al hospital donde le diagnostican un cuadro de parasitosis, se la medica y se la envía a la casa. El martes la nena no se levanta, duerme todo el día y el miércoles la vuelven a llevar a la guardia y le dicen que esa parasitosis pasa a ser una gastroenteritis, le sacan la medicación de los parásitos y le dan un suero y la vuelven a mandar a la casa".
La situación se repitió el jueves y el viernes a la madrugada la vuelven a ingresar al nosocomio. El diagnóstico vuelve a cambiar, esta vez les informan que Shaila padece una infección urinaria.
Ante la exigencia de los padres de que se presente un pediatra para la atención adecuada de la niña, les responden que por su contextura física no era posible "que tenía el tamaño de un adulto".
El abandono y maltrato a la pequeña paciente y su familia no termina allí: "Nos dicen que la nena es caprichosa, nos dan a entender que la chica está loca y nos mandan a ver a un psicólogo, que exageraba y no era nada".
Siguiendo la cronología de los hechos, la familia relata que "el viernes (1 de mayo) al mediodía le vuelven a pasar suero y a partir de ahí comienza a ponerse cada vez peor hasta que después de las 7 de la tarde muere".
A sus padres no les comunicaron la gravedad de su estado, no les permitieron acompañar a su hija en los últimos momentos de vida y Shaila murió sola en una fría cama de hospital.
La respuesta del intendente Gargaglione fue tibia y protocolar. Presentó sus condolencias a la familia, inició un sumario interno y suspendió de manera provisoria al médico Manuel Rodríguez Infante, mientras que toda la comunidad de San Cayetano se unió en una marcha silenciosa acompañando a la familia Smoulenar Torres en su pedido de justicia y esclarecimiento de los hechos.