Las rampas para discapacitados en la vía pública, los ingresos a edificios públicos (comenzando por la municipalidad), ingresos a las escuelas en general lejos de facilitar el acceso a las personas con dificultad motora ponen a prueba las leyes de la gravedad. Sirven para cumplir con la reglamentación vigente pero en muchos casos no son funcionales.

El transporte público tampoco cuenta con unidades adaptadas para discapacitados.

Discriminación laboral

La discriminación hacia las personas con discapacidad se da por falta de conocimiento de la sociedad sobre esta condición, esto ha impedido sistemáticamente que puedan gozar de sus derechos (salud, trabajo, educación, vivienda, transporte y comunicaciones accesibles, justicia, cultura, turismo) y tener una vida plena, aunque por supuesto que nadie lo va a reconocer.

Aunque suene antipático, sería una hipocresía desconocer el hecho de que de la boca para afuera como "inclusives", pero a la hora de la verdad son pocas las empresas que contratan a personas con discapacidad. De hecho una ley debe obligar a la administración pública a contar con un cupo laboral para discapacitados.

El 58,4 por ciento de las personas con discapacidad en Argentina se sienten discriminadas al momento de buscar trabajo. La información surge de una encuesta realizada a más de 2.000 personas que forman parte de Incluyeme.com, un portal de empleo inclusivo para Latinoamérica.

La mayor dificultad que tienen al momento de buscar empleo es demostrar a los reclutadores que están capacitadas para cumplir con el rol que requiere el perfil, independientemente del tipo de discapacidad que tengan.

Además, más de 19 por ciento de los encuestados manifestó que otras de las dificultades que tienen al momento de buscar empleo es la falta capacitación para poder competir de igual a igual en un mercado laboral exigente.

Walter Gomez: un caso testigo

Walter Gomez es padre de cinco hijos y padece diplopía, una enfermedad que le provoca visión doble. Tiene una pensión por discapacidad de 30 mil pesos con la que no llega a cumplir mínimamente con las necesidades básicas de su familia pero también tiene la voluntad y la fuerza para trabajar.

Este padre se encuentra con un mercado laboral que lo excluye y lo discrimina sumiendo a su familia en la indigencia.

Su enfermedad lo inhabilita para cierto tipo de tareas pero hay todo un abanico de empleos en los que puede desempeñarse con solvencia y cuenta con una amplia experiencia laboral como sereno, cuidador de campo, parquero, limpieza de terrenos o incluso como ayudante de cocina.

"Cuando me ven con mis lentes especiales para que el sol no le afecte la vista, la gente puede pensar que uno es un inútil, pero no, uno puede hacer muchísimas cosas, uno puede salir adelante, solamente hay que darles una oportunidad, escuchar a la persona" afirma con la esperanza de que alguien conozca su historia y le dé esa oportunidad de trabajo que cambiaría la vida de Walter y su familia. Su teléfono de contacto es 2262-659388.

Discriminación e ignorancia, la peor discapacidad

Por lo general, una persona con discapacidad al momento de buscar trabajo es evaluada por su discapacidad, dejando de lado todas sus capacidades, aptitudes y conocimientos. Lisa y llanamente se trata de desconocimiento e ignorancia sobre lo que una persona con discapacidad puede aportar al desarrollarse laboralmente en una empresa, en la administración pública o en cualquier ámbito laboral.

Otro dato a tener en cuenta es que el índice de desempleo de personas con discapacidad en toda Latinoamérica es superior al 70 por ciento.