Horas más tarde, el femicida comenzó su plan de encubrimiento: envió mensajes de WhatsApp al teléfono de Débora fingiendo preocupación. “Morocha, ¿me rompiste la carpa y no venís a dormir acá?”, le escribió a las 4.31, para luego repetir los audios y fingir que la buscaba. Incluso se tomó una foto frente al mar para aparentar normalidad.

Las cámaras de seguridad del camping lo registraron arrastrando un bulto con el celular como linterna, lo que confirmó las sospechas. El fiscal Walter Pierrestegui, a cargo de la UFI N° 10 especializada en violencia de género, ordenó su detención inmediata. Gutiérrez fue apresado cuando hacía dedo rumbo a su pueblo, Villa Cacique.

Débora era madre de tres hijos y conocida en su comunidad como una mujer de espíritu libre, a la que llamaban “La Rasty”. Su familia había advertido sobre la violencia que sufría. “Era una relación tóxica, él era violento, pero ella lo perdonaba”, contó su hermana Natalia.

“El Gutty”, con antecedentes por violencia de género contra otras dos parejas, quedó imputado por “homicidio doblemente calificado por el vínculo y por mediar violencia de género”, delito que prevé prisión perpetua. Actualmente está alojado en la Unidad Penal 15 de Batán, tras ser trasladado por conflictos con otros presos.

Mientras tanto, la familia de Débora la despidió en Villa Cacique exigiendo justicia, en medio de una comunidad que no sale del estupor ante otra víctima más de la violencia machista que golpea sin freno en el país.