Judiciales y Policiales
Maldad sin límites

Vive en una casita de chapa, le robaron tres veces y ahora se la prendieron fuego

"Ahora para volver a levantar una casilla tengo que irme de acá, no voy a poder vivir en paz", lamentó Marcos Martínez.

Marcos Fernández, presidente de la Asociación Civil Jóvenes por el Pueblo, sufrió un nuevo ataque vandálico en su domicilio. Esta vez prendieron fuego su humilde vivienda.

Por falta de trabajo y ante la imposibilidad de alquilar una vivienda digna, Marcos construyó una casilla de chapa, silo bolsa y piso de tierra donde vive sin ningún atisbo de comodidad y sin la posibilidad de dar a sus hijos el derecho a una infancia protegida, sin agua, ni cloacas ni energía eléctrica.

Vivir en tales condiciones implica la carencia de salubridad, de higiene, implica usar como inodoro un tarro que se limpia al lado del lugar donde se duerme, se come y se vive. Se señala a sus moradores de delincuentes, ofendidos por la mugre que los rodea.

Marcos es un joven solidario que dejando de lado su propia necesidad creó una Asociación Civil para ayudar a quienes atraviesan su misma situación. Desde hace ya varios años junto a un grupo de voluntarios realizan colectas para que más de 30 familias puedan celebrar las fiestas de fin de año, Día del Niño, entregan alimentos y ropa de abrigo.

Este 2017 la delincuencia lo golpeó duro. En tres oportunidades entraron a su casita de chapa y le robaron hasta los juguetes que había juntado para festejar con los chicos más humildes de Quequén el Día del Niño.

"La verdad que no entiendo por qué tanta maldad. Trato de recordar con quien tengo problemas o quien me odia o a quien le hice algo y no recuerdo. No me meto con nadie todo lo contrario si me necesitan ahí siempre estoy buscando la forma de ayudarlos y sin esperar nada a cambio" reflexiona Marcos Fernández.

"Ahora para volver a levantar una casilla tengo que irme de acá, no es seguro, no voy a poder vivir en paz" dice pensando en la seguridad de sus tres pequeños hijos que esa noche afortunadamente no estaban en la vivienda.

Nunca tuvo mucho, pero tras los robos no le quedó absolutamente nada; en el incendio perdió lo único que le habían dejado: algo de ropa y la cama. Para colaborar comunicarse a través de su Facebook Marcos Fernández Necochea.

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