Las sesiones salen rapiditas como cachetada de loco y lejos están los debates esclarecedores para los vecinos sobre los temas de relevancia para el distrito.

El trabajo en las comisiones requiere que eventualmente diferentes instituciones se presenten a mostrar su trabajo y a plantear sus necesidades pero esa labor que debería enriquecer la tarea legislativa no se traduce en proyectos ni se traslada al Concejo Deliberante.

Ha habido honrosas excepciones como la labor impulsada por los concejales de todos los bloques políticos, menos Cambiemos, para frenar los tarifazos desmedidos en el servicio de gas y en el asesoramiento a los usuarios.

Otro proyecto digno de mención fue presentado por ediles del Frente para la Victoria e intenta regular la actividad de los trapitos. Este proyecto pone en foco la prevención de delitos y la asistencia del área de desarrollo social del municipio en la contención y protección en caso de detectar menores desarrollando la actividad.

La generosa rascada de partes íntimas de los concejales le cuesta al vecino de Necochea aproximadamente 560 mil pesos mensuales, lo que implica una carga anual de 6,72 millones, si se tiene en cuenta que cada uno cobra un sueldo promedio de 28 mil pesos mensuales y con el nuevo aumento que se está negociando en breve se verán beneficiados con un 25 por ciento más.

Al costo político y de personal más gastos operativos, se suma un importante monto en publicidad que es manejado discrecionalmente por el presidente del cuerpo.