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Gestión ausente

Superpoblación animal: faltan políticas públicas y más castraciones

Camadas enteras de perros y gatos abandonados a su suerte deambulan por los barrios.

La superpoblación animal es una de las graves problemáticas a las que se enfrenta el vecino de Necochea. Camadas enteras de perros y gatos abandonados a su suerte deambulan por los barrios transformándose en un desafío para las "mascoteras" y voluntarias que conforman las diferentes agrupaciones.

"No podemos más", afirman pero no claudican en seguir sosteniendo una tarea titánica sin ayuda del Estado. Cada día inventan fuerza y recursos para salvar la vida de un animal a la vez.

Recuperar de la calle un animal implica una logística importante. En primer lugar se requiere espacio físico para resguardarlo y darle tránsito, algo que no es un tema menor si se tiene en cuenta que cada una se hace cargo de varios rescatados a la vez, además de las mascotas propias.

Hay que sumar gastos veterinarios, medicamentos, de traslado, alimento balanceado de buena calidad (ya que se los recibe generalmente desnutridos), artículos de limpieza (en cantidades industriales) y fundamentalmente tiempo y una capacidad de amar infinita para lidiar con animales enfermos, asustados, desconfiados del ser humano que los abandonó y con frecuencia los lastima.

Cuando un rescatista toma bajo su cuidado un animal abandonado en primer lugar se le brinda atención veterinaria, por lo general se abre una cuenta y los gastos se cubren solidariamente.

Se organizan rifas, bonos contribución, ferias de ropa o cualquier actividad que reditúe para afrontar los costos. Una vez que mejora su estado general, se lo castrará y el último paso es la adopción responsable con seguimiento, para garantizar que el animal se adapta y está bien cuidado. Parece sencillo pero puede llevar meses lograr que un rescatado esté en condiciones de encontrar una familia.

Ausencia de políticas públicas

Desde el año 2013, Necochea cuenta con un quirófano móvil de castraciones gratuitas. Pero esto no alcanza si esto no está acompañado de políticas públicas que motiven a la población a tomar conciencia de una problemática de la que el ser humano con su indolencia es el único responsable.

Sin campañas de concientización ni un Estado Municipal que se involucre de lleno marcando políticas tendientes al control de la natalidad en perros y gatos barrio por barrio, en generar campañas masivas de adopción de animales rescatados, en el cuidado sanitario de los animales abandonados, la tarea del quirófano móvil no alcanza.

Es el voluntariado quien se pone al hombro esa labor, quienes llevan en brazos a perros y gatos que no son de nadie a castrar, quienes les ofrecen un resguardo para que se recuperen y con el dolor más grande los devuelven a la calle porque no apareció un tránsito o adoptante.

Las agrupaciones mascoteras piden tanto al intendente Arturo Rojas como al Concejo Deliberante aumentar el ritmo de las castraciones que realiza a diario el quirófano móvil para equilibrar la población de perros y gatos apuntando a seis condiciones básicas: masivas, gratuitas, tempranas, sistemáticas, extendidas y abarcativas.

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