Según indicaron los empresarios, por costos, inflación y la yerba para el mate, el boleto debería costar 15 pesos, pero como reconocen que el bolsillo del usuario no da para semejante aumento, proponen un incremento del 33 por ciento.

La odisea de tomar un bondi

Si bien las empresas sostienen que tienen un recorrido con una frecuencia cronometrada, lo cierto es que esperar un bondi es una experiencia de terror, sobre todo los verdes.

“Con 40 grados de calor o temperaturas bajo cero, estás una hora reloj esperando el colectivo y cuando viene uno pregunta cada cuanto pasan y el chofer con total cara de piedra te dice que cada 25 minutos”, se quejan los usuarios.

Además de no respetar las frecuencias, dejar sin servicio amplias zonas de Necochea y Quequén después de las 18, fines de semana y feriados, las unidades representan un verdadero peligro para los pasajeros.

“Tenés que darte la antitetánica antes de subir”, ironizan ante la falta de higiene y condiciones de seguridad de las unidades.

Tampoco hay una adecuada señalización de las paradas ni refugios o garitas que protejan al usuario de las inclemencias del tiempo.

Discapacitados discriminados

Además de estar previsto el beneficio en la tarifa (accesibilidad económica del transporte), también se ha contemplado la accesibilidad física. Este concepto incluye las adaptaciones que los vehículos deben presentar para facilitar el ascenso, ubicación, viaje y descenso de personas con movilidad y/o comunicación reducida.

Asimismo, el transporte urbano debe contar con unidades adaptadas bajo las especificaciones técnicas del Decreto Nº 914/97 y a su vez estas unidades tienen que tener un horario pautado de frecuencia y el mismo debe estar difundido ampliamente.

Necochea no cuenta con unidades con rampa que permitan el acceso de personas con dificultad motora incumpliendo las normativas nacionales y provinciales.