Correo de Lectores
Clientelismo sin tapujos

"Lucrar con el hambre", la cuestionable estrategia electoral de Martín Migueles

El candidato a intendente de Juntos por el Cambio hace campaña entregando comida a la gente que sufre necesidades.

“Cuando socorras a un necesitado, hazlo de modo que ni siquiera tu mano izquierda sepa lo que hace tu derecha" Mateo 6:4.

La solidaridad bien entendida, la que surge de la empatía por el otro, la del amor sincero y valores fundados en la justicia social, es la que se asienta en el respeto a la dignidad de las personas. Utilizar la necesidad del otro como propaganda electoral bastardea todos sus principios y valores éticos

Sin mover el amperímetro electoral y con el frente interno enquilombado, el candidato a intendente de Juntos por el Cambio (JxC), Martín Migueles, apeló a la solidaridad como una herramienta de propaganda o dicho de otra manera, de manipulación política que se aprovecha de la necesidad y el sufrimiento de nuestros vecinos buscando un miserable beneficio electoral.

En sus redes sociales anunció que desde su espacio siguen "ayudando con los recursos que decidimos no destinar a carteles, ni a publicidad en la vía pública, ni a medios de comunicación". Migueles acompaña sus dichos con numerosas imágenes entregando comida en diferentes instituciones de la ciudad.

El lucro proselitista de la pobreza y el hambre como estrategia electoral en el contexto actual en el que según datos de UNICEF, dos de cada tres niños en la Argentina están privados de derechos básicos, son la muestra extrema de la desesperación de Martín Migueles y el fracaso del proyecto de Juntos por el Cambio en Necochea.

El fracaso de Martín Migueles

Amén de los cuestionamientos éticos y sociales que implican basar el último tramo de la campaña en el uso público y sin escrúpulos del tan cuestionado clientelismo político que desvirtúa el sentido de la solidaridad generando dependencia, desigualdad y convierte al más humilde en objeto de manipulación o intercambio, el proyecto electoral de Juntos por el Cambio fracasó antes de comenzar.

Martín Migueles mostró una absoluta incapacidad para cohesionar las individualidades de una fuerza política que se destaca por la falta de liderazgos y las disputas internas. No le dio el cuero para hacer que sus socios lo reconozcan como cabeza de un proyecto político capaz de desbancar el dominio de Arturo Rojas y líder de un armado que se sostenga a futuro.

Mientras el PRO de Eugenia Vallota desapareció de la escena política, los radicales que aún tienen los pies dentro del plato son un real dolor en las partes bajas del candidato.

La interna radical en pleno le explotó en las manos. Arrastra en su lista a un grupo de renegados compuesto por alfonsinistas que militan la candidatura de Sergio Massa y a radicales con crisis de identidad que ponen en duda el accionar del radicalismo en los últimos años y puntualmente cuestionan el rumbo que toma Juntos por el Cambio bajo el liderazgo de Migueles, llamando a votar al intendente Arturo Rojas.

La última deserción radical propinó un golpe mortal al candidato de Juntos por el Cambio. Militantes y dirigentes con un fuerte arraigo partidario, con un importante protagonismo en la historia reciente del centenario partido como Mateo Ruppel, nada menos que vicepresidente de la Unión Cívica Radical de Necochea, Silvina Benitez (ex consejera escolar), Camilo Maciel (ex secretario de hacienda del gobierno de Daniel Molina) y Bernardo Amilcar (concejal de Nueva Necochea y ex delegado de Quequén) junto al presidente de la Juventud Radical de Necochea, Abel Rodríguez, inauguraron un local partidario en la villa balnearia en apoyo al intendente Rojas.

Con la moral por el piso, el gran desafío al que se enfrenta Migueles a días de las elecciones ya no es ganarle a Arturo Rojas, sino contener a la gente que integra su lista que suma disconformidad con el paso de las horas y frenar el aluvión de cortes de boleta que se espera el 22 de octubre.

Lectores: 248

Envianos tu comentario