Quequén
La salud en riesgo

La odisea de respirar el polvillo producido por la actividad portuaria en Quequén

Los vecinos de la zona están sufriendo el efecto residual en su propio cuerpo.

La codicia de los empresarios que han experimentado récords de volumen de carga en Puerto Quequén no tiene límites. Mientras ellos acumulan ganancias, los vecinos se enferman. En cada embarque toda la zona del Barrio Puerto se llena del polvillo en suspensión que queda tras la carga.

A través de las redes sociales, los residentes de la zona realizan permanentes denuncias públicas ya que las realizadas en la Municipalidad no han tenido ningún tipo de respuestas.

El aire contaminado que respiran los vecinos se evidencia en todas las superficies: vehículos, ventanas, plantas, veredas, techos cubiertos por una capa de polvillo que genera un alto impacto ya que trae problemas en la piel y respiratorios. Todo como consecuencia de la actividad del puerto.

Es común en los habitantes de la zona la presencia de síntomas derivados de la acción del polvillo en el organismo. Los más frecuentes son tos, ahogos, rinitis, obstrucción crónica de las vías respiratorias, fiebre, dolor en músculos y articulaciones, asma, conjuntivitis, dermatitis y también se han detectado casos que notaron “cuerpos extraños a nivel de los lóbulos pulmonares”.

Los vecinos denuncian que padecen la asidua caída de polvo, granza y hasta granos. A eso se suma la emisión de gases y ruidos molestos muy por encima de los decibeles permitidos. Como si fuera poco, en la zona abundan roedores, que se reproducen exponencialmente con el riesgo consiguiente para la salud.

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