El titular del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén, Arturo Rojas, no da pié con bola. El nuevo decreto del presidente Mauricio Macri para terminar con los acomodos en los cargos públicos, deja al descubierto por enésima vez los abusos del concejal de Cambiemos al frente de la estación marítima.
El anuncio de Macri de reducir el 25 por ciento de los cargos políticos, sumado al decreto para que ningún ministro tenga familiares en la función pública y al congelamiento de los sueldos más altos hizo tragar saliva a Rojas que junto a los records de exportación de granos, también rompió los records de ingreso de amigos a Puerto Quequén.
Hay varios hechos que todavía están frescos en la memoria de los funcionarios provinciales. Uno fue el escándalo por los nombramientos y cargos jerárquicos creados para sus amigos, algunos militantes de la ONG ‘Compromiso y Dignidad’ que le sirvió de trampolín político.
En más de una oportunidad a Rojas lo tuvieron que sacar de bares en andas, más borracho que una cuba. Esto, sumado a los beneficios para personajes como el abogado Leandro Nimo y su mujer, que según dicen "se llevan la plata de Puerto Quequén a paladas", son sólo algunos de los casos más resonantes.
El ejemplo de austeridad que pide Macri, llegó a los trabajadores de Puerto Quequén, aunque la medida no afecta a la planta VIP del Consorcio que continúa con los viajes al exterior en primera clase, sueldos de seis cifras y beneficios varios.
Sin embargo, por órdenes del presidente Arturo Rojas, se dejaron de pagar horas extras, se extendió la jornada laboral y se sobrecarga de trabajo al personal.
Hace varios meses que el directorio en pleno le habría solicitado una rendición de cuentas detallada de lo ejecutado en el último período, haciendo hincapié en los gastos de representación del funcionario, pero el incidente, aún no aclarado, que vació los servidores informáticos de Puerto Quequén le dieron la excusa perfecta para seguir dilatando el trámite.
