Política
Destrucción

El Casino, un final gestado por la desidia de sucesivas administraciones

En el último tramo de la gestión de Facundo López, el edificio del Casino fue la última de las joyas de la abuela.

Una sensación de pérdida y tristeza invadió a los necochenses tras el incendio del Auditorium del Casino. Un teatro que albergó a las principales figuras del espectáculo nacional y fue baluarte de nuestra cultura.

Su triste e inmerecido final comenzó mucho antes de que las llamas lo consumieran. A partir de su traspaso a la órbita municipal en la década del '90 se inició un proceso de deterioro paulatino, al tiempo que se lo fue dejando afuera de la agenda municipal y, por supuesto, de los presupuestos.

Durante la gestión radical de Daniel Molina se creó la Dirección de Casino, pero solo tuvo como objetivo generar un cargo político para algún socio político del momento.

Corría el año 2016 cuando se produjo el derrumbe de parte del auditorium y su estructura se vio cada vez más comprometida, lo que ya en ese momento puso en duda una posible refacción.

Las autoridades municipales del momento optaron por la solución argenta: lo ataron con alambre, literalmente. Se construyó un cerco perimetral para impedir el paso de vándalos e intrusos que pasó a formar parte permanente de la postal necochense por excelencia.

En el último tramo de la gestión de Facundo López, el edificio del Casino fue la última de las joyas de la abuela.

En este período se hizo público un proyecto para la construcción de un hotel 5 estrellas, plagiando a la mítica Vela de Dubai, y se pretendió entregarlo junto con tierras invaluables del frente costero como parte de pago para destrabar el embargo que pesaba sobre las cuentas municipales generado por la deuda multimillonaria con la empresa recolectora de residuos sólidos urbanos.

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