Mientras la gente de José Luis Vidal acomoda los papeles para permanecer en un gobierno al que accedieron tras la destitución de su ex compañero de ruta Horacio Tellechea, la ciudad espera y reclama acciones y políticas de Estado que aporten soluciones concretas a las diferentes problemáticas que aquejan a los vecinos.
La gestión de Vidal se diferencia de la de su antecesor en la voluntad de demostrar gestión. Agua y jabón para un lavado de cara superficial, sin rozar los problemas estructurales del distrito. La miseria es tal que, con la ciudad rebalsando residuos cloacales, Obras Sanitarias estuvo 15 días paralizada por falta de gas oil para los camiones, aunque según allegados a la repartición municipal, el combustible llega, sólo que hay que buscarlo en los vehículos particulares de funcionarios, amigos y familiares.
La situación sanitaria de Necochea es alarmante. Dentro del casco urbano pululan vaciaderos de basura; donde hay un terreno baldío, hay un potencial basural. Las sucesivas administraciones municipales han hecho caso omiso a la problemática de la disposición de residuos sólidos urbanos e incluso los provenientes de la recolección domiciliaria terminan en un basurero a cielo abierto sin ningún tipo de tratamiento.
Importantes organizaciones del distrito han estudiado la contaminación generada en la costa de Quequén por el desagüe de efluentes cloacales en Punta Carballido. Todos los desechos del núcleo urbano Necochea – Quequén terminan en una de las playas más bellas de la costa bonaerense.
La planta de Tratamiento de Efluentes Cloacales, prometida sucesivamente en cada año electoral desde el 2007 por el gobierno nacional y sus adláteres vernáculos, es solo un sueño cada vez mas lejano pero los olores nauseabundos y los “teresos” (SIC) flotando son el paisaje con el que conviven necochenses y turistas, se quejan los vecinos.
Cerca del 40 por ciento de la población necochense no dispone del servicio de cloacas y el 45 por ciento carece de agua corriente.
La compleja situación ambiental del distrito viene con décadas de arrastre, pero se ha visto agravada en los últimos años con el crecimiento demográfico. La ruptura del caño maestro que desemboca en Punta Carballido, junto con los residuos sólidos urbanos acumulados a cielo abierto, ponen a los necochenses en estado de emergencia sanitaria.
