Concejo Deliberante
Indignación

Concejales evalúan denunciar penalmente al intendente por la entrega de tierras del Parque Miguel Lillo

Facundo López entregó patrimonio público sin plantear un debate en el Concejo Deliberante.

La decisión del intendente Facundo López de entregar como parte de pago dos lotes ubicados en el Casino y el Parque Miguel Lillo como trueque para frenar el embargo pendiente, despertó indignación y repudio en todos los sectores. Cabe recordar que por reiterados incumplimientos, Relisa S.A. pidió el embargo de las cuentas municipales por un monto cercano a los 63 millones de pesos.

Haciendo gala de un desprecio absoluto por las normas y la ley que rige las administraciones municipales, López entregó patrimonio público que según la Ley Orgánica de Municipalidades, es inalienable, sin plantear un debate en el Concejo Deliberante, sin su autorización, al punto que los ediles se enteraron de la maniobra una vez que tomó estado público.

Los concejales están evaluando los pasos a seguir ya que se encuentran frente a la posible comisión de un delito y la mera sospecha debe ser denunciada en la Fiscalía. Por otro lado, aunque no son parte del expediente judicial para ser tenidos en cuenta, presentarán un escrito dirigido al juez a fin de advertirle la circunstancia de que el ofrecimiento no ha contado con la aprobación del Concejo Deliberante.

Según información recabada por NOVA, la deuda que el municipio mantiene con Relisa ronda el millón de dólares, mientras que un estimado del valor inmobiliario de los lotes entregados se acerca a los 10 millones de dólares, sin tener en cuenta el valor como pulmón verde y espacio de recreación que representan para los vecinos de Necochea.

La agrupación ambientalista "El Parque no se vende" emitió un duro comunicado en el que afirma que "el intendente le puso un precio al mismo y no nos permitió tomar conocimiento más detallado de la cuestión".

Recordaron que "la empresa que pretende cobrarnos mantiene el basurero municipal sin el tratamiento correspondiente en la disposición final desde que asumió la concesión, generando contaminación de agua, suelo y aire (permanentemente está prendido fuego), cuestión que el Gobierno municipal no resolvió en los cuatro años transcurridos. Sin embargo, esa empresa podría quedarse con nuestro Casino, erigido en tierras de nuestro querido Parque Miguel Lillo".

Por último, señalaron que "la falta de legitimidad de la cuestión es tal que ni siquiera le pidió autorización al Concejo Deliberante para cambiar el destino del Casino y su carácter público a garantía de deuda y posible propiedad privada".

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