Política
Calidad de vida

Avanza en Claraz la ansiada obra del comedor para los abuelos de la Unidad Sanitaria

En este espacio hay cuatro abuelas y ocho abuelos, y la idea del viejo comedor es reconvertirlo en habitación para recibir a más residentes a futuro.

La obra del comedor en la Unidad Sanitaria de Claraz es un proyecto que data de unos cuantos años y actualmente avanza a pasos agigantados, buscando mejorar la calidad de vida de los 12 abuelos que residen allí hoy en día.

Desde la Delegación Municipal de dicha localidad, José García destacó este lunes: “Quiero felicitar a la comisión del hospital, que a través de diferentes iniciativas ha logrado juntar fondos para hacer la obra”. A su vez, señaló: “Otra parte del dinero surge de la contribución de los familiares de los abuelos, es decir que son todos recursos del pueblo”.

El funcionario puso en contexto la importancia de la obra al manifestar que “era algo que muy necesario para los abuelos, ya que el lugar con que se contaba anteriormente no tenía suficiente espacio y no ofrecía las comodidades necesarias para la tercera edad”. En este espacio hay cuatro abuelas y ocho abuelos, y la idea del viejo comedor es reconvertirlo en habitación para recibir a más residentes a futuro.

Agregó García incluso que “era un proyecto de hace mucho tiempo que lo querían lograr y no podían, pero gracias a Dios ahora se dio y estamos muy contentos porque esto hace a la dignidad de las personas que transitan por su último período de vida”.

Asimismo, García aseguró que “está muy avanzado el trabajo y el techo comprado”, y en ese marco deslizó un agradecimiento para el subsecretario de Planeamiento de la comuna, Guillermo Botella, quien asistió al lugar con el expediente para autorizar la obra del comedor, y resaltó la predisposición del intendente Arturo Rojas para apoyar y acompañar los proyectos de las localidades del interior.

En esa misma línea de agradecimientos, el funcionario no soslayó la tarea del albañil Javier Cubilla, quien lleva a cabo la obra ad honorem. “Javier es de Tandil y se radicó en Claraz, y cuando se enteró que la obra era para los abuelos, decidió darnos una gran mano, que no la da cualquiera”, expresó García.

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