Opinión
Análisis

El conflicto del transporte de cereal en primera persona

Al campo se le sacaron la mayoría de las retenciones pero esa baja no se vio reflejada en el transporte. (Foto: NOVA)

Por Mario Orlando Medici, especial para NOVA

En el año 2001 a fines de diciembre y de la convertibilidad, el dólar tenía una cotización de un peso un dólar. Para esa misma fecha el trigo en Rosario tenía una cotización de 100.70 pesos por tonelada. Ello implicaba que el costo de una carga trigo de 30 tonelada equivalía a 3021.00 peso/dólar.

La soja para la misma fecha también en Rosario cotizaba a 179.30 pesos por tonelada y una carga de soja también de 30 toneladas equivalía a 5379.00 peso/dólar.

Si transformamos en valor de esa carga al valor dólar actual de 28 pesos nos daría que el precio de una carga de trigo significaba 84588 pesos y una carga de soja 150612.

La tarifa para un viaje de 100 km para ese momento era de 12 pesos o dólares por tonelada lo que significaría a pesos/dólar de hoy 336 pesos por km y por tonelada transportada, lo que no daría un costo total de 10080 pesos para una carga de 30 toneladas.

Entonces, si 30 toneladas de trigo costaban 84588 pesos al valor dólar de hoy el costo del flete de 10080 pesos representaba un 11.92 por ciento del valor total de la mercadería. Si tomamos la soja cuyo valor era de 150612 pesos para un flete de 30 toneladas cuyo costo también era de 10080 pesos representaba un 6.70 por ciento del valor total de la mercadería.

Esta era a grandes rasgos la participación que tenía el transporte de cargas para el año 2001 en la comercialización de granos con muchas hectáreas menos sembradas y rendimientos muy inferiores a los actuales.

En la actualidad nos encontramos que un flete para la misma distancia tiene un costo de 340.47 pesos para 100 km de recorrido por tonelada transportada, si la multiplicamos por 30 toneladas nos daría un costo de 10214.10 pesos con la salvedad que se achica la participación en porcentajes.

Para ello tomaremos el precio del trigo y la soja al día jueves 26 también sobre la pizarra de Rosario. El trigo tiene una cotización de 5750 pesos por tonelada. Si multiplicamos por 30 toneladas nos da un valor de 172.500 pesos lo que representa el costo del flete un 6 por ciento aproximadamente del valor total de la mercadería.

La soja tiene una cotización de 7600 pesos por tonelada; si multiplicamos también por 30 toneladas nos da que el valor total de la misma es de 228.000 pesos, lo que representa el costo del flete un 4.48 por ciento del valor total de la mercadería.

Si tomamos la soja como un valor de referencia y por ser el cereal que mejor refleja en la pizarra a lo largo del año nos encontraremos con que hemos perdido a números de hoy 2.22 por ciento en cuanto a participación en el negocio lo que nos da que la tarifa hoy debería ser para los 100 km de 509.19 pesos por tonelada.

El trigo en diciembre de 2001 para 30 toneladas valía 84588 pesos. Hoy esas mismas toneladas tienen un precio de 172500 pesos, es decir que tuvo una apreciación del 103 por ciento.

La soja para el mismo periodo por 30 toneladas de carga tenía un precio de 150612 pesos, hoy valen 228.000 pesos, es decir que tuvo una apreciación del 51 por ciento.

Si estos valores los transportáramos a dólares nos encontraríamos que el trigo paso de 3021 dólares a 6160 dólares tomando un dólar de 28.00 pesos y la soja de 5379 dólares paso a 8142 dólares.

En cambio el flete pasó de costar 360 dólares en 2001 a 364 dólares a la fecha, en una economía dolarizada como la nuestra donde todo lo que se produce o se vende en dólares en los transportistas no se ve reflejado.

Con el barro al cuello

Estos números nos dicen que hemos perdido participación en la comercialización y tampoco reflejan el escenario real de lo que está pasando en nuestra actividad. Es sabido por todos que hace muchos años dejamos de ponerle precio a nuestro trabajo para pasar a aceptar lo que nos quieran pagar, cuando nos quieran pagar y como nos quieran pagar.

Se ve reflejada esa diferencia en los lugares de carga, en los caminos, en los campos donde concurrimos, en las plantas donde se trabaja o acondiciona. En muy pocos lugares hay baños en condiciones, vivimos con el barro hasta la cabeza, son normales las roturas por caminos en muy mal estado y los predios a los cuales debemos acceder porque allí nos mandan.

Las balanzas en muchísimos casos son inexistentes, se carga adivinando, se nos quiere controlar por eje cuando cargamos y pesamos equipos completos como si uno en la vista tuviera una balanza.

Recibimos este año una actualización del 12 por ciento sobre una inflación del año anterior del 25 por ciento. Sufrimos una devaluación del 50 por ciento y vamos a tener una inflación del 30 por ciento, más el combustible, nuestro principal insumo que subió a la fecha más del 50 por ciento y tiene proyectado subir todos los meses de acuerdo a declaraciones del ministro de Energía y el propio Presidente.

Al campo se le sacaron la mayoría de las retenciones, aunque quedan retenciones en la soja que siguen bajando todos los meses de acuerdo a un compromiso asumido con el Gobierno, pero esa baja no se ha visto reflejada en nuestra actividad y el análisis anterior lo deja más que claro.

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