Otra vez, el local nocturno Tom Jones está en el ojo de la tormenta. Un joven porteño, llamado Marcelo Mangini, viajó a nuestra ciudad para pasar un fin de semana con familiares y amigos pero fue protagonista de una historia de terror.
Junto a un grupo de amigos, asistió al Festival de Música Independiente y por la noche concurrió a Tom Jones, un boliche con un largo historial de violencia contra quienes, según su dueño, no se adaptan a los parámetros estéticos y morales impuestos.
Desde su cuenta de Facebook, el joven denunció: "Fui víctima de un ataque homofóbico en Tom Jones Bar de Necochea. Me echaron a los golpes por besarme con un pibe mientras bailábamos con amigos, luego de reiterados actos de hostigamiento por parte del dueño y los patovicas. Nos sacaron agarrados del cuello mientras nos daban trompadas".
Según relató, "en un momento uno de los patovicas dice 'por las buenas o por las malas', se da vuelta, me hace como un gancho en el cuello y me empieza a arrastrar en el aire. Forcejeo, me como un par de trompadas, va abriendo camino entre la gente y después llegando a la puerta me revolea como una bolsa de papas a la vereda".
La denuncia por homofobia y maltrato se extendió a la Policía local, la cual "justificó el ataque y no nos tomó la denuncia", manifestó Mangini.
Mangini decidió hacer la denuncia en la Comisaría Tercera de la villa que se encuentra a escasos metros del local nocturno, donde sufrió una doble victimización. "Hizo un discurso donde rescató que era un lugar privado, que tiene sus propias reglas, que el dueño decide. Lo que nos decía es que nosotros desafiamos la potestad de él de sacarnos y que al resistirnos generamos violencia", señaló.
"Terminamos en la calle re victimizados. Tuve un par de días de angustia, de mucha impotencia. Una situación de desprotección muy grande", dijo el joven.
"Lo que nos estaban pidiendo era que nos enclosetáramos, que pasáramos desapercibidos…", concluyó Mangini.
