Mientras Rojas daba a conocer el proyecto en cuestión, cinco trabajadores fueron notificados de que a partir de la fecha "se procede a rescindir sin causa la relación contractual y a prescindir de sus servicios". La semana próxima va a llegar otra tanda de despidos.

Se trata de trabajadores "contratados", lo que significa que durante años han trabajado para el ente portuario en condiciones de precariedad e inestabilidad laboral y el eslabón más débil, en el marco del ajuste impuesto por el gobierno de Cambiemos, fueron las victimas obvias del ajuste.

Hay un dato que llama la atención: se estima que serán diez los despidos, cuyos haberes -sumados a lo largo de un año- equivalen a solo un mes de sueldo de cualquiera de los cargos para los amigos de Arturo Rojas, creados entre gallos y medianoche.

El ajuste a la planta política tan reclamado por la dirigencia de Cambiemos no llegó a Puerto Quequén. Los miembros de la "peña de Rojas", para quienes crearon cargos a medida, no solo cobran sueldos muy elevados, sino que conservan sus puestos de trabajo anteriores en otros organismos públicos.

Por ejemplo, José Antonio Serra y Sergio Chicco continúan siendo empleados de planta permanente de la Usina Popular Cooperativa "Sebastián de María" en uso de licencia sin goce de sueldo; lo mismo sucede con Juan Arcuri en Anses.

Por su parte, Arturo Rojas no sólo ostenta la presidencia del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén, sino que además es concejal y como si fuera poco, tiene su lugar reservado en Anses por si los buenos tiempos se terminan.