Verga se va sospechado de corrupción y acusado de pegar al municipio a la represión
La feroz represión policial contra los trabajadores municipales dentro del edificio de la Municipalidad de Necochea provocó un fuerte cimbronazo político en la gestión de Facundo López. Fue la frutilla del postre de una semana compleja para el Ejecutivo que concluyó con la renuncia de todos los funcionarios en el escritorio del intendente.
Se rumorea en los pasillos que López aprovechó el revuelo para sacarse de encima el collar de melones que representa para su gestión el, hasta ahora, subsecretario de Seguridad, Daniel Verga, personaje altamente cuestionado por los propios trabajadores del área. Se lo acusa de corrupción, de operaciones turbias con vales de combustible y negociados irregulares.
Se han detectado situaciones muy graves en el predio de tránsito que los trabajadores han intentado plantear a las autoridades municipales sin éxito. Hablan de "la desaparición" de más de 40 motos secuestradas en los últimos 4 meses de adentro de la división. Casualmente un vecino que tenía su moto secuestrada en el predio, la encontró circulando en la calle; quien la tenía en su poder reconoció que sabía que la moto que le vendieron era robada.
Con el rio revuelto López da una salida elegante a Verga. Otro que también está en la cuerda floja es Valentín Bustillo, secretario de Gobierno y jefe inmediato de Verga, cuyo nombramiento en diciembre del 2017 generó algunas diferencias entre los funcionarios de López ya que plantearon que tiene comportamientos de "chico malcriado" y está muy "verde" para el cargo que ocupa.
De todas formas, el jefe comunal se tomará una semana para definir los cambios y encarar el último tramo de su gestión pensando en su reelección.
