Mientras la policía reprime tetas, “La Butteler” copa la playa a birra y faso
Pelar tetas en la playa para tomar sol sin marcas es una contravención, pero también lo es jugar a la pelota o llevar animales y nadie les saca la pelota a los pibes ni lleva presa a la dueña del "Bobby" garronero. La estigmatización a la que más de 20 efectivos armados sometieron a tres mujeres puso a Necochea en los medios nacionales y no de la mejor manera.
Hay un marcado tinte sexista en el acoso policial sufrido por estas mujeres. Son mujeres, son lesbianas, son plausibles de represión. El desprecio con el que se dirigen a ellas los guardianes del orden queda plasmado en el video que ellas mismas hicieron circular.
“Tienen que ser más educadas”, “Estoy hablando yo”, “Si vuelvo otra vez les pongo los ganchos” fueron algunas de las amenazas que recibieron por parte del personal policial.
Mientras todo esto ocurría, en otro sector de la playa y en un lugar mucho más céntrico, parte de “La Butteler”, la barra brava de San Lorenzo que negoció su salida de Mar del Plata con la policía pasó una estupenda jornada veraniega entre birras y porros, arena y mar.
Aunque el consumo de alcohol y estupefacientes también está prohibido en las playas, aunque el impacto en los niños y almas sensibles seguramente fue mucho mayor que ver a tres mujeres haciendo topless, ningún ciudadano de bien llamó a la policía.
Ningún valiente guardián de la ley se les plantó a los muchachos y les dijo que debían abandonar la playa, o amenazó con ponerle los ganchos o directamente los llevó detenidos por posesión y consumo de drogas.
Sospechar que lo sucedido en la playa del Kabryl fue un circo montado especialmente para distraer la atención pública de un hecho mucho más grave y que requiere los testículos bien puestos, sería darle crédito al personal policial. Amedrentar a mujeres con toda la parafernalia policial es más seguro.
