Según testigos del hecho, esta vez Navarrete circulaba en una moto como acompañante cuando recibió al menos cuatro disparos realizados a quemarropa con armas de fuego de diferentes calibres, pero una bala de una pistola 9 milímetro fue la que provocó la herida mortal. Dos proyectiles impactaron en su espalda, uno en un glúteo y, el restante, en uno de sus brazos.

El acompañante relató a la policía que tres personas descendieron de un automóvil Bora color gris y comenzaron a disparar. Posteriormente traslado a Navarrete, herido de muerte hasta el Hospital municipal.

Esta muerte engrosa la lista de los hechos ocurridos a lo largo de este año, donde la violencia es el denominador común. A los enfrentamientos con armas blancas o de fuego se suman constantes asaltos a quienes se animen a transitar por las calles de la ciudad. Los blancos frecuentes son los trabajadores que regresan a sus hogares luego de su jornada laboral.

Los operativos que se realizan periódicamente arrojan pocos resultados o siempre terminan con la detención de algún “perejil” pero nunca se llega a los grandes criminales, principalmente los distribuidores de droga.

En estos últimos meses, los casos de violencia en ocasión de robo han aumentado considerablemente y la Policía parece ir 10 pasos atrás de los delincuentes.