Política
¡Adelante los que quedan!

El nuevo esquema de Cambiemos deja afuera a la UCR

Hoy solamente queda Alberto Esnaola para apagar la luz y poner el candado.

A un suspiro de que se inicie la próxima campaña electoral, el presidente de la Cámara de Diputados nacionales, Emilio Monzó, le pegó una patada al avispero y se armó la gorda.

"Cambiemos fue un esquema electoral con éxito, no seamos hipócritas. No hay que tener prejuicios para sumar dirigentes" dijo y nombró a una serie de kirchneristas a los que le gustaría sumar como Florencio Randazzo, Julián Domínguez y Diego Bossio, entre otros.

Sus palabras fueron un golpe al hígado para los dirigentes radicales que aún conservan la ilusión de formar parte del poder.

En Necochea, la Alianza Cambiemos ha dejado al radicalismo muy mal parado. Entregaron hasta los calzones y no recibieron ningún beneficio de las mieles del éxito.

Tras años de una dirigencia que manejó el Partido como un club privado, la UCR local se transformó en un partido político testimonial o como le gusta decir a los radicales “en la reserva moral de la ciudad” pero sin peso electoral.

Mientras algún dirigente llora por los rincones la “peronización” del espacio, la mayoría se aferra con uñas y dientes al punto de llegar a mimetizarse con el Partido Fe, socio mayoritario de esta alianza en Necochea, situación que provoca nauseas a más de un radical ortodoxo que siempre tuvo a Gerónimo Venegas como el enemigo a vencer.

Con la militancia de brazos caídos y sin fe en sus dirigentes, los radicales necochenses están en una encrucijada. Permanecer en la estructura de Cambiemos implica caminar irremediablemente a la extinción. Aceptar los lugares que el Partido Fe les ceda, si lo hace, y la indignidad de otra elección sin candidatos propios.

Una segunda opción sería permanecer en el espacio, ir a internas y nuevamente quedarse sin el pan y sin la torta.

Pero siempre se puede patear el tablero, llevar bien altas sus banderas históricas y cumplir con la máxima irigoyenista que tantas veces les sirviera de consuelo “que se pierdan mil elecciones pero que no se pierdan los principios”.

El otrora poderoso bloque radical que contó con mayoría automática durante el gobierno de Daniel Molina y que le salvara el cuero varias veces al intendente, quedó reducido a su mínima expresión.

Por él pasaron militantes de la talla de Héctor Crasso, Saúl Di Napoli, Juan Santiago Doumecq Milieu. También ocuparon sus bancas Mario Juliano y Pedro José Azcoiti. Hoy solamente queda Alberto Esnaola para apagar la luz y poner el candado.

Lectores: 585

Envianos tu comentario