El oficialismo quedó pedaleando en el aire. Su principal aliado se plegó a la postura del Frente para la Victoria que se cobró el pase del concejal Francisco Medina a las filas del Frente Renovador y la respuesta del intendente ante tal desplante no se hizo esperar.

Chau chau, adiós

El anuncio de la salida de Eugenia Vallota del plantel de funcionarios municipales marcó el final de la alianza entre el diputado Domínguez y el mandatario local. En su reemplazo ya asumió Mauricio Coronel al frente de la Dirección de la OMIC.

Otro cambio que trajo la ruptura, fue el de Cristian Sanchez como delegado en la Usina Popular Cooperativa que será reemplazado por Fabián Ibáñez, personaje cercano a Luis Alsinet.

Otra de las incorporaciones del Ejecutivo municipal que marcan un cambio de rumbo en los acuerdos de López en pos de garantizarse la gobernabilidad, es el de Leonardo Ruggiero, el ex candidato PRO que le sopló la nuca al de Gerónimo Venegas.

Ruggiero asumirá como subsecretario de la Producción, en reemplazo de Donald Macleod, quien se hará cargo del SIP (Sector Industrial Planificado).

Alpiste, perdiste

Sin dudas Domínguez Yelpo fue quien más perdió en esta puja inexplicable. Los funcionarios que había logrado colar en el Gobierno municipal le daban a su espacio la visibilidad y presencia que ni su labor legislativa ni la de su concejal han logrado.

A pesar de los esfuerzos de su empleado de prensa por darle una buena imagen, no se puede dudar de que hasta el momento Domínguez Yelpo anda por la Legislatura como pez en el agua: nada, nada, nada y nada.