Fernanda Franco se define como una joven mujer que lleva en el alma y en la sangre la sagrada marcha peronista, que tiene la escuela del militante solidario, el que lleva el sello del trabajo y el compromiso asumido.

A los 17 años de la mano del Negro Secreto descubrió en la militancia política su vocación, hizo carne el mensaje de Evita “dónde hay una necesidad, nace un derecho” y así va por la vida.

Inició su camino en el Consejo Municipal de la Juventud, un espacio multipartidario que fue un semillero de dirigentes. “Empezamos a tener capacitaciones y trabajo social con los nenes en los barrios. En el barrio puerto trabajamos con la mamá de Héctor Secreto en un comedor y con Chiquito Smith en la básica, le dábamos a los nenes la leche y ayudábamos con los deberes” recuerda.

Conjugó la maternidad y la vida de familia con su militancia “mis hijas salían del jardín y de la escuela y se venían a la básica conmigo, era parte de su vida. Hoy mis hijas se suman al trabajo en las campañas electorales, en la última para presidente su ayuda fue muy fuerte y eso me llenó de orgullo”.

Una mujer militante

Sin dudar, Fernanda define su pertenencia política: “Lo que más me gusta del justicialismo es su filosofía de vida, la filosofía social, el contacto con la gente todos los días, el tratar de ayudar de alguna forma, desde acompañarlos a hacer un trámite o a conseguir algo, ayudarlos a superar la burocracia para que puedan conseguir lo que necesitan”.

“Me gusta mucho militar, me gusta mucho el contacto con la gente. Muchas veces me identifico con mujeres que están pasando lo que he pasado yo, que no han tenido para darle de comer a los hijos, que no saben cómo llevar a los hijos a un mejor lugar, acompañar a las mujeres con el tema de violencia de género, hacerles sentir que no están solas” asegura.

Los planteos y la autocrítica están presentes en la vida de una madre que además es sostén de su familia. “Muchas veces como mujer te haces una autocrítica, te preguntas si dejaste mucho tu casa, tus hijos, tu vida personal, estas sola y te das cuenta que es porque nadie aguantaría el ritmo que vos llevas” analiza.

“Las mujeres sabemos lo que es tener que pensar todos los días que darle de comer a tus hijos, pensamos qué poner en la olla, las que pensamos cómo hacer para que nuestros hijos tengan todo y en los momentos malos, cuando uno la ha pasado mal y la ha luchado te deja una enseñanza y te motiva para que cuando ves compañeras que la están pasando mal las querés ayudar aunque sea desde el corazón, acompañándolas” expresa.

Militante peronista de toda la vida, hoy encontró en el PRO su lugar junto al diputado Martín Domínguez: “Le agradezco el espacio y la confianza para poder trabajar haciendo lo que más me gusta, ayudando a la gente, dándoles una mano para salir adelante”.